miércoles, 17 de octubre de 2007

La espectro con la guadaña

Esa figura antigua, tranquila, sin prisas, sin compasión, que no hace ruido, viene, coge lo que busca y se va.
No le importa lo que pensemos. Le da exactamente igual los logros conseguidos, el dinero en la cuenta bancaria, la responsabilidad que tengas o el potencial que tengas en la vida.

Pero nos conoce, a todos, exactamente. Conoce su tiempo, nunca llega tarde, y si le has visto, no vuelves atrás.
Cuando golpea, lo hace duro, un giro de su muñeca, y la hoja de su guadaña siega una vida. Nunca necesitó segundos golpes. No falla.

Como todos, esta figura ha estado presente a lo largo de mi vida, continuamente. En recuerdos sobre todo, y en momentos concretos, he sentido su presencia, la frialdad que desprende. Mi querido compañero llamado Orgullo, huye despavorido, y nada importa ya.

En los últimos 2 meses, el cáncer ha llamado varias veces en las casas de personas de mi entorno. No voy a nombrarles. Primero fue la madre de un queridísimo joven, y en el último mes, el padre de un gran hombre, en tamaño y corazón, de Alcobendas. También marchó el padre de dos conocidas.

Ayer, recibí la noticia, que esta figura también visitó a un conocido de mi pueblo, también en forma de cáncer. Tenía creo que 21 años. Es fácil hablar bien ahora, los recuerdos tienden a ser positivos, pero ese chico realmente era único, por su optimismo, su continuo sonreir y tratar a todos con respeto, aunque no le conociera lo bien que quisiera.
Los recuerdos me asaltan, y recuerdo a una chica alemana, sin exagerar, con tremendo potencial, que marchó hace ya 5 años, ella tenía 16 años, mi edad entonces.

No quiero pésames, dádselos a sus familiares. No es un ensayo sobre la muerte. Es un maldito blog donde os grito al oído que el más grande ser humano se reduce a algo insignificante cuando aparece el manto negro del tío de la guadaña.
Nada es eterno en esta vida. Vuestro cachondeo puede acabar en cualquier instante. Sé que lo sabéis, y tal vez eso sea lo peor, hasta que no sentimos el escalofrío, no reaccionamos, total, estamos acostumbrados a que haya gente que muera.

Me impulsa, mas fuerte que los cohetes que impulsan astronautas fuera de las garras de la gravedad.
Me impulsa a desafiar a todo el mundo, si realmente piensas que somos simplemente materia, porque la equivocación tiene consecuencias. Más te vale que tengas al mejor abogado en el día de tu juicio, a este espectro no le importan tus creencias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi triste lo que narras. Las enfermedades como esas es, junto con otras injusticias, algo que no logro comprender.
La semana que viene voy a Madrid. A ver si nos vemos. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Por que no:)